Los 111 recuerdos de Gottlieb y su amo

Cuando se tradujo al español el título de la película “The searches” de John Ford, parece que se prefirió algo con más gancho comercial que “Los buscadores”, un título que describía bien el contenido del largometraje.

“Centauros del desierto” no nos concreta mucho. Aparece un desierto, como en cualquier wéstern. Lo de centauros debemos entenderlo como una metáfora de aquellas personas que iban siempre unidas al caballo, que bien podían ser los indios o los antagónicos personajes, siendo quizá esta última opción la más probable.

Si alguien esperase por el título encontrarse seres mitológicos, al comprobar que la obra se situaba en el antiguo oeste americano, su opinión cambiaría radicalmente. Sin embargo, al encontrarse tal título en otro tipo de obra, por ejemplo, una fantástica, la inferencia sería distinta, coincidiendo seguramente con el primer razonamiento de que el contenido de lo intitulado versara sobre estos seres medio equinos, medio humanos.

En este caso, este recuerdo de Gottlieb y su amo trata acerca del momento en que tras recorrer la periferia del Gran Reino de Menard de este a sur, llegaron a la frontera con el desierto de los Nómadas, donde les esperaba Atacama^54.1, el Caballero del Sureste.

Generalmente no tenían problemas con los nómadas, eran una gente tranquila con quienes a veces comerciaban. No fundaron ciudad alguna, su hogar era el desierto, viajaban de este a oeste y de oeste a este, trayendo en ocasiones productos del reino de Luria o de la sureña ciudad de Shahriar^54.2

Cuando Sigfrido se encontró con Atacama, los nómadas habían tenido problemas con los centauros, habitantes de las cuevas de las Montañas Azules, con las que limitaba el desierto por el norte.

Los medio hombres medio caballos los acusaban de querer apropiarse de su territorio y puede que, sin otro propósito que el de mostrar su supremacía, secuestraron a su líder espiritual y máximo dirigente, la princesa Shahrazad^54.3

Sigfrido cruzó el poco acaudalado río Bey^54.4